El mándala armoniza tanto los espacios donde habita, como el interior de la persona que dibuja, colorea o pinta mándalas, creando un ambiente propicio para la meditación. Al ser, generalmente, figuras geométricas acrecienta la capacidad de concentración, acrecentando la organización y ordenamiento mental mejorando el equilibrio físico, psíquico y espiritual.
Crear mandalas despierta notablemente la creatividad y la imaginación, mediante el gran abanico de formas y colores y ayuda a desarrollar el autoestima, superando limitaciones y complejos dando como resultado la integridad de la personalidad.
Los mandalas pueden ser utilizados como una técnica terapéutica tanto en niños, adultos y tercera edad, como técnica de relajación y meditación, entre otras tantas. Como veran es un hermoso trabajo que puede hacer cualquier persona, sin importar su edad o religión. Es una práctica sencilla que redundará en beneficios personales y en la consecución del equilibrio interno.
La psicóloga Virginia Modarelli comenta algunas consecuencias sobre la producción de mandalas, como una primera aproximación:
- Favorecen la expresión de contenidos psíquicos profundos.
- Proveen al individuo el conocimiento de su propia simbología personal (la que a su vez se haya conectada con la simbología colectiva de la especie…)
- Favorece la concentración y la práctica de la paciencia.
- Al ser una práctica meditativa, a nivel cerebral se producen sustancias endorfínicas, produciendo en nosotros la sensación de “regeneración” y relajación (recordemos que un individuo en estado relajación se encuentra en estado “alpha” cerebral, de predominancia del hemisferio derecho, holístico)
- Por lo anterior, podemos verificar que determinados síntomas producto del stress negativo pueden desaparecer, como cefaleas, dolores musculares, etc (tensiones musculares de origen psíquico).
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Entre los cambios fisiológicos que se producen, podemos mencionar:
- Mayor concentración;
- Se reduce la frecuencia respiratoria, cardíaca y sanguínea;
- Aumenta la capacidad de relajación, por lo que se reducen tensiones musculares, debidas a causas posturales y psicológicas.